ENRIQUE SANTOS DISCEPOLO (1901-1951) POETA POPULAR
SU MUERTE
Algunas noches regresaba a su casa con uno o dos pequeños en sus brazos.
Eran hijos de algun amigo preso o de una cabaretera que iba a estar ocupada esa noche.
Discépolo visitaba constantemente los cabaret del bajo (Paseo Colón, 25 de Mayo, Retiro etc) era la zona donde se encontraban los bares para bailar, se veía un show, una orquesta de tango y también había mujeres que atendían a quien estuviese solo.
Las famosas 'coperas', llamadas así porque se acercaban al solitario y le preguntaban: ''¿Me pagás una copa?''
El sueldo que recibían era una comisión por cada bebida que capturaban de su ocasional compañero.
El mozo les servía Té con unos trozos de hielo haciéndolo pasar por whisky.
Discépolo amaba esos lugares y sentía especial afecto por esas mujeres.
Decía ''si te quiere una puta, creele. Ellas, cuando aman, lo hacen en serio''.
Cuando murió Enrique Santos Discépolo sucedió algo impensado e increíble.
Cerraron todos los cabarets de la ciudad y las frecuentadoras (coperas) de los mismos llegaron en masa a la esquina de Córdoba y Callao.
Era de madrugada, y las calles en ese lugar quedaron, de improvisto, cerradas al tránsito.
Los que recuerdan esa noche dicen que muchas de esas mujeres con su maquillaje desteñido y torpe lloraban como niñas.
Creo que no hubo ni habrá en ningún lugar del mundo una manifestación de dolor y de duelo tan original como la de aquella noche.
(Luis Cardillo)