martes, 26 de mayo de 2009

EMAIL

Nos llego este email, pero como no llego directamente a nuestro correo, sino a travez de una cadena, no ponemos el nombre de quien la firma. Pero si la leemos atentamente, se podrà conocer que sufrio nuevamente el tema de la INSEGURIDAD
Hola a todos los que leen esta carta. Hoy escribo como hija de un productor agropecuario de Laprida y de una docente, como hermana de alguien que desde muy chiquito vivió y vive en y del campo, como hermana de mellizas que tejen su presente en la capital, como docente de cientos de niños, niñas, estudiantes de nuestro pueblo.
Ha sido para todos un fin de semana largo, con la familia unida, con almuerzos o cenas con amigos, con festejos… para mí también, hasta que me enteré que unos malvivientes entraron nuevamente,en pocos meses, en el campo de la flia… Entonces, mi fin de semana, se convirtió en interminable y agotador…
Ya nadie quería hacer la denuncia del hecho en mi casa… Nadie quería llamar a los medios para que se enterara toda la comunidad y vecinos… Nadie quería levantar el teléfono para avisar a toda la familia de lo que había ocurrido… Entonces, me puse en movimiento…
Fui hasta la Patrulla Rural, porque nadie contestaba el teléfono, NADA. Llamé (no me acuerdo la cantidad de veces) a la Comisaría, OCUPADO. Llamé al 101, NADA. Entonces decidí averiguar el tel de Director de Seguridad que amablemente me atendió y me dijo que me contactaría con alguien. Fui hasta la Comisaría y comenté a policías que había en la calle lo que me pasaba. Al rato me llaman de Patrulla. Los Cuatro Pozos, desde que se sacó la Patrulla de La Suerte, pertenece a la Jurisdicción de San Jorge, motivo por el cual, mandaron desde allí un móvil.
Y todo lo que sigue, ya lo conocerán… Planillas, croquis, huellas, análisis, conjeturas, denuncia, papeles y se terminó. Sí, se terminó, porque les cuento, a quienes no han sido por suerte tocados por acontecimientos como éste, que todo termina así. En el papelito. Se acabó. ¡Qué impotencia dirán ustedes! Sí,así es. Todo pasa con el tiempo. Todavía estamos esperando saber quién mató los animales en el 2008, y se robó la cocina, y revolvió toda la casa, y se llevó los recados y las baterías… Sí, así es. Seguimos esperando. Por eso es que uno se cansa y ya no cree en más nada.
Acá terminaba mi carta, pero… cuatro horas después… resulta que ni San Jorge, ni Patrulla de Laprida, era la encargada de ese Cuartel donde está el campo… Volvimos a hablar con Director de Seguridad… Conclusión: hay mucha gente desinformada; todos te dicen algo diferente. ¡Pónganse de acuerdo por favor! Además de ser los perjudicados, somos los que nos tenemos que hacer la mala sangre para que nos tomen la denuncia?
Nuestro pueblo ha dejado de ser seguro… y no le echo la culpa a nadie, tal vez la culpa sea un poco de todos… Algo tenemos que hacer, al menos si no queremos tener cartas de este tipo todos los días. Me gustaría que encontremos, entre todos, esa condición natural que busca todo ser viviente, organización o colectividad para poder existir, desarrollarse y cumplir sus propósitos en sus múltiples actividades; esa confianza que nace de la sensación de ausencia de peligro; esa confianza en alguien o algo; o sea, me gustaría tener SEGURIDAD