................"En 2002, gracias a inesperados vientos de popa, más algunas medidas oportunas como la devaluación (hecha con defectos), el Diálogo Argentino y subsidios que debían ser transitorios (pero se convirtieron en cáncer), las cosas mejoraron, el “yuyito” de la soja completó el milagro. Pero tomó el poder un autoritario y rencoroso Kirchner que llevó adelante una política errática, de pela, odio y expulsión de capitales. Creó una Kaja sometedora y corrupta, violó las instituciones, se mofó del poder judicial, jibarizo el Congreso, saboteó el desarrollo de los partidos políticos e hizo trizas la estructura federal. Puso trabas a las exportaciones que dañaron mucho tiempo la credibilidad de los mercados y le hizo perder al país reservas de petróleo y gas como nunca en su historia, pese a haber gobernado una provincia que vivía de las regalías producidas por eso bienes.
Su espíritu destructor fue disimulado por la transitoria bonanza económica: los electrodomésticos se podían comprar en 24 cuotas sin intereses y llegó un tsunami turístico atraído por la devaluación que había realizado Duhalde.
Algunos, alarmados por la agresividad de Néstor, pensaron que bastaría con cambiar un populismo rustico y maleducado por otro más elegante. Pero no se daban cuenta de que jamás seria suficiente, mientras no se respetaran sin concesiones la Constitución y todas las leyes que contribuyen a la estabilidad jurídica. Tampoco será suficiente mientras no se ponga límites al Ejecutivo, cosa que no ocurre desde hace tiempo. Parecemos la Inglaterra anterior a su Revolución gloriosa en 1688, cuando se establecieron las bases de una democracia en serio basada en los limites del rey se desataron las fuerzas creadoras de una sociedad libre y más segura, volcada a la producción."......................
de "Pobre Patria Mia, panfletos" de Marcos Aguinis paginas 171, 172. Editorial Sudamericana