Nota
A las pruebas nos remitimos. No hay dinero, ni dadiva, que pueda comprar la conciencia de un pueblo
Hace unos años, con motivo de la reforma constitucional en Misiones, se intentó mediante la compra de voluntades, perpetrar a un gobernador.
Hace unos años también, se quiso comprar la voluntad de un pueblo en Santa Cruz, para poder implementar unas minas a cielo abierto. El pueblo dijo que No.
A fines de la década del 80, se intento la reforma de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, en una alianza del Peronismo y Radicalismo, el pueblo dijo que no.
Algo similar ocurrió el domingo 8 de marzo, en las elecciones provinciales de Catamarca. El gobierno nacional, en esta instancia, quiso poner su pie en esa provincia, Se alió con aquellos a los que consideraban sus enemigos dentro del justicialismo vernáculo, (se acuerda cuando Ramón Saadi, en el senado voto a favor de la resolución 125, algo se estaba gestando.
Desembarcaron en la provincia, ministros, secretarios, ex presidente, intendentes del cono urbano, cheques y chequeras a la orden del día, perdón a la orden del kirchnerismo. (Se dice que se alquilaron 1000 remises a 180 pesos cada uno, saque la cuenta de lo que se invirtió solo en ese rubro.
Se entregaron desde las Unidades Básicas electro domésticos, bicicletas (¿Serán los de los planes de la reina Cristina?), pero autos no. (No se consiguieron los de los planes de la reina Cristina.
En este globo de ensayo, que fue la provincia de Catamarca, se aplicaron las recetas que seguramente se aplicarán en todo el país por parte del oficialismo gobernante, y sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, donde según los estudiosos de la política, se vera la madre de todas las “batallas”.
Esta tendencia, nos tiene que tener bien preparados a todos los argentinos, para que no nos engañen con espejitos de colores, cuando podemos construir una Argentina en serio, que nos cobije a todos, donde lo utópico este al alcance de todos.
Es hora de tener ideas, proclamarlas y llevarlas a cabo.
Sin utopías, no hay esperanzas por las que luchar.
En nuestro lugar en el mundo, que es Laprida, también se aplicarán las mismas recetas, nos visitaran funcionarios, se firmaran convenios, se prometerán millones de pesos en obra publica, con lo que se tratara de comprar voluntades, engañando a los electores.
La disputa electoral local, no será nada fácil para ninguna de las facciones, pero es hora de que volvamos a sentirnos orgullosos de ser Lapridenses, de vivir en una ciudad ecológica, de vivir en una ciudad limpia, de vivir en una ciudad segura y no en un lugar donde un gobierno defectuoso en los conceptos básicos de una ciudad moderna, no hace mas que degradar diariamente su calidad de vida.